La Carroza nos Transporta a...Montgó

(Hoy es el día que más tarde publico. Y es que mi chico y yo hemos vivido un momento gastronómico-romántico maravilloso, digno de contar en No Sin Mi Chef!)

Esta semana está empezando fuerte. Hoy tengo motivos para quejarme, patalear, protestar y denunciar. Pero me niego. No quiero hacer de este blog un lugar lúgrube, negativo, quejica y mucho menos negativo. Así que, a otra cosa mariposa.

Abríguense bien, cojan la mochila y móntense en La Carroza. Nos vamos de viaje!!! Y nos vamos allí.

Aquí.

Ahí arriba.

Pero antes, vamos a coger un poco de fuerza. Pero esto no se lo contéis a nadie. Tenían una pinta deliciosa. Y así fue, estaban buenísimas.

Hoy subiremos 753 metros, subiremos al Montgó. La semana pasada ya os hablé de él. Lo que más me gusta de esta montaña es que se alza junto al mar mediterráneo que le da mucho encanto al esfuerzo de la subida. Eso que véis de roca casi vertical, se puede subir, aunque parezca mentira...y sin ningún tipo de material de escalada.

Antes de llegar a esa parte complicada, nos encontramos con la Cueva del Agua. Parece mentira que a esa altura (330 metros) pueda haber tanta agua. No os la puedo enseñar, es muy oscura la cueva. Como curiosidad, hay una inscripción romana en la entrada del año 238 d.C. Se fueron hasta ahí arriba, y os aseguro que cuesta un poco la subidita como para hacerla todos los días para ir a currar; y montaron un destacamento militar para vigilar el posible ataque de adversarios del emperador Maximino.

Cuando pasas la parte complicada, todavía falta mucho para la cumbre, pero el paisaje es precioso. Y lo que más me gustó, es este árbol. El único que vimos en toda la parte de arriba. Precioso. Tan solo pero tan sanote.

Y por fin la cumbre. Que bien se está aquí arriba. Pero que manía tiene todo el mundo de ensuciar el entorno (ya me he quejado de algo...nooooo!!!!!).