domingo, 22 de febrero de 2009

Reciclamos...TODOS??????

Llevamos una temporadita que, la verdad, a uno le da pavor tirar la basura al contenedor. Aunque a Valencia no ha llegado esta nueva moda C.S.I.ciense de registrar los residuos de los ciudadanos (pobres trabajadores: entre basura y a lo loco), me estoy planteando seriamente en hacer lo posible por contraer un síndrome de Diógenes como una catedral, por que no te sablen el bolsillo por producir mierda y no clasificarla. Hasta 750 euracos se plantea la señora Botella en la comunidad de Madrid, y 90 que han pagado varios vecinos de Barcelona. Ya que muchos no han adquirido esta buena costumbre por las buenas...ahí va!!! Qué la letra con sangre entra!!! Que no cuesta nada! Que es muy fácil! Que ya hay cubos especiales para tener en casita! Que no hace falta hace un master para saber dónde va el papel y dónde la lata de tu bebida refrescante favorita!
Pues si ésta es la única solución que han encontrado los encargados del tema en sus respectivos ayuntamientos...pues vale! Aceptamos barco! Los que no reciclan estarán preocupados de no tirar a la basura ningún papel con datos que lo puedan delatar (todo antes que separar la basura) pero bueno, no voy a ser yo el que ponga en tela de juicio la decisión de estas benditas personas ahí puestas para proteger al ciudadano y al medio ambiente. Qué buena fe! Lo hacen por nuestro bien!
Pero, después de enterarte de ciertas cosas, pues la verdad que uno se plantea si merece la pena señora Palacios and company. Vean la siguiente imagen:











- UUUyyyy, que bochorno!!!! Qué es esto!!!! Dónde está toda esa mierda!!!!

Pues yo le contesto (gracias a una información aparecida en Crónica, diario el Mundo). Este montón de mierda es una de las basuras más contaminantes, medicinas. Esos barbitúricos, anticonceptivos, antibióticos y demás medicamentos que se van caducando y que las buenas personas llevan a su farmacia para cuidar de nuestro planeta. Y es que desde el año 2002 la industria farmaceútica invierte unos 45 millones de euros para que los medicamentos se recojan, se envíen a un vertedero situado en mi querida y añorada Galicia y, por último, se recliquen los cartones y plásticos del envase y se incineren las medicinas. Un plan de la leche, diseñado hasta el mínimo detalle para proteger el medio ambiente. Pero fíjate tú, que se les olvida algo trivial...Nada!!! Una tontería!!! Se les han olvidado los hornos. No hay. No se pueden quemar estos desperdicios. En seis años se han acumulado 12.000 toneladas de medicamentos que forman esta grandiosa escultura (seguro que ha sido fuente de inspiración para más de uno que ha mostrado en ARCO). Y mientras los responsables de todo este... (es que me cuesta tanto encontrar la palabra...mis entrañas vomitan tantas maldiciones pensando en todo esto) "atentado terrorista contra el mundo" (me he pasado???) se esconden bajo tierra, se echan la "ir"-responsabilidad de unos a otros, incluso llegan a amenazarse de muerte (reacciones típicas de dirigentes ante problemas de esta índole); el gran vertedero amenaza con contaminar el río Lengüelle que da de beber a Santiago de Compostela. Los expertos se echan las manos a la cabeza pensando en lo que puede llegar a provocar semejante catástrofe en el orden de la naturaleza y en el ser humano. Es impredecible.
Pues nada, éstos que sigan escurriendo el bulto de forma tan borrega hasta que yo me encuentre a mi madre envenenada por el agua contaminada (mi madre vive en Santiago de Compostela). Y en Madrid que no se hable de este tema, que bastante tienen con la polémica que ha creado lo de las multas.

1 comentario:

  1. Salva dice:
    Honestamente, me parece una ley estupida porque mientras hay gente pendiente de sancionar estas cosas, peores cosas se hacen por el medioambiente y por el mundo, yo creo que esto lo hace para tener algo nuevo q multar y asi seguir sacandonos euros, ays, mundo injusto, je
    besos

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